A las 7:30 del domingo suena el despertador. Los primeros rayos de sol entran por la ventana e indican que va a ser buena etapa. Tras un desayuno ligero, Los Achuchaos no se pueden quitar de la cabeza que la edición pasada no pudieron completarla satisfactoriamente. Subidos en sus MTB, concentrados, van pedaleando hacia el Parque de los Frailes de Leganés. Una vez allí el equipo (en esta ocasión, algo ligero de representantes) se encuentra con un saludo afectuoso.
A las 9:10 empiezan a rodar todas las bicis. Vemos que son muchas y pensamos que podría ser una dificultad añadida a la etapa. Y así fue, en los primeros momentos, en diferentes puntos, hubo una serie de aglomeraciones que dificultó la circulación. Pero, una vez abandonado el Polígono Industrial de Fuenlabrada, todo siguió su curso y la masiva participación dejó de ser un problema.
Hasta el Kilómetro 17 fue bastante bien: íbamos a un buen ritmo y el terreno era asequible. Pero a partir de este Kilómetro todo cambió, empezó lo mejor. Subimos unas cuantas rampas bastante técnicas (en alguna tuvimos que bajarnos de la bici) y hubo unas bajadas muy atractivas para cualquier biker. Las regueras hechas por las últimas lluvias, hicieron que la bajada fuera más peligrosa pero a la vez más interesante. Los Achuchaos la superamos bien, sin ninguna caída (y sin ninguna chucha...).
Una vez pasado todo este terreno, nos estaba esperando lo mejor: cruzar un riachuelo con nuestra MTB. Esta agua corriente (frío como él solo), estaba en el valle de un pequeño descenso. Esto hacía que más de uno nos pensaramos si tirarnos por la rampa para llegar al río. Pero al final se consiguió y lo disfrutamos mucho. Después nos esperaba una subida muy intersante, con una pendiente, más o menos, del 10%. Anclados al sillín, la superamos satisfactoriamente. Parecía que habíamos pasado lo peor, pero aún quedaban kilómetros que explorar.
Llegó el momento del avituallamiento. Repusimos fuerzas con fruta y alguna barrita energética. Después de este punto, el terreno empezó a ser más asequible paulatinamente, pero el cansancio en las piernas empezaba a ser notable y se dieron las primeras chuchas. No había subidas técnicas pero sí alguna rampa de un desnivel del 5%.
Tras unos despistes grupales, llegamos a la carretera de Brunete y desde ahí el camino fue bastante ligero. Íbamos paralelos a ella, con las piernas muy cansadas y esperando el embutido que nos esperaba en el Parque de los Frailes.
Y sí, ¡llegamos! Los 55 kilómetros habían quedado atrás y estábamos muy contentos por ello. Comimos empanada, queso, dulces... y como no, bebimos y brindamos con una cerveza en la mano.
Ahora a preparar otra etapa...
LOS ACHUCHAOS CLUB MTB
